Un equipo de especialistas del INTA y de la Universidad Nacional del Nordeste trabaja en el estudio de las especies nocivas más relevantes en el NOA, el NEA y la Patagonia.
La expansión agropecuaria, las condiciones de sequía y los cambios en la alimentación animal generan nuevos desafíos para el desarrollo de la ganadería y demandan ajustes en los modelos sanitarios para prevenir enfermedades. En ese contexto, las plantas tóxicas presentes en los campos representan una seria y permanente amenaza que ocasionan cuantiosas pérdidas a escala nacional.
SI bien hay numerosos estudios sobre el diagnóstico, control y prevención de las especies tóxicas presentes en la región central que concentra la ganadería –Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa–, hay regiones como el NEA, el NOA y la Patagonia en las que son escasos los estudios de las plantas con efectos tóxicos para el ganado.
Por esta razón, un equipo interregional conformado por el INTA Bariloche –Río Negro–, el Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido (IIACS) del INTA en Leales (Tucumán) y la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Noreste (UNNE) se propuso estudiar algunas de las especies nocivas más relevantes de la región norte y sur del país. Estas investigaciones se enmarcan en un proyecto recientemente financiado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, que apoyará a las líneas ya financiadas por diferentes proyectos del INTA y la UNNE.
“Con este proyecto buscamos avanzar con la caracterización toxicológica de plantas que afectan a la ganadería en áreas extra-pampeanas, mediante la identificación de la composición química, purificación de los compuestos potencialmente toxigénicos y evaluación en ensayos in vivo e in vitro de sus efectos nocivos”, señaló Luciana Cholich, coordinadora del actual proyecto y docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE.
La mayoría de los campos que realizan cría extensiva tienen especies de plantas que pueden causar toxicidad al ganado que las consume y pueden expresarse en diferentes formas: muerte súbita, mermas en los índices reproductivos, abortos, malformaciones congénitas o afectar la performance productiva. La severidad de la enfermedad dependerá de las diferentes tipos de plantas, la diversidad de los efectos tóxicos y la variación de signos clínicos. Asimismo, la dificultad para diagnosticarla y controlarla, representa importantes pérdidas productivas para el sector ganadero.
En la Argentina, el estudio de las plantas tóxicas es escaso y restringido a determinadas especies encontradas en la zona centro del país. Los problemas asociados a la fito-toxicidad son netamente regionales, “sumado a que en los últimos años se produjo un desplazamiento de la producción ganadera hacia áreas marginales, donde predomina la producción pecuaria de tipo extensivo, lo cual aumenta las posibilidades de que el ganado consuma plantas potencialmente tóxicas”, explicó Cholich.
El enfoque en la Patagonia
En esta región se trabajará sobre dos enfermedades frecuentemente reportadas al Sistema Regional de Salud Animal (SIRSA) del grupo de Salud Animal del INTA Bariloche, las cuales producen perdidas productivas y mortandades todos los años: la Mascadera (por consumo de Prosopis alpataco) y el Mal del Huecu (por consumo de Festuca argentina y/o Poa huecu).
La Mascadera es una intoxicación crónica producto del consumo continuo del alpataco, una especie forrajera que tiene una chaucha muy palatable y frecuentemente consumida por los caprinos desde la zona de Santo Tomas –Neuquén– hasta la provincia de Salta. En este caso, el grupo del INTA Bariloche desarrollará un modelo animal que permita probar diferentes tratamientos curativos en los animales enfermos.
Por otra parte, el Mal del Huecu es una intoxicación aguda que se produce cuando el ganado consume pocas cantidades (6 gramos por kilo de peso vivo) de Festuca argentina o de Poa huecu. Ambas gramíneas no son forrajeras, pero si los animales no las conocen y pastorean cuadros donde crecen estas plantas tienen altas probabilidades de intoxicación. Su consumo puede provocar temblores musculares y convulsiones en los animales. En esa unidad del INTA, recientemente se identificó el tóxico tremorgénico y se está analizando el rol que posee un endófito presente en ambas plantas con el objetivo de evaluar diferentes tratamientos sobre los síntomas de esta enfermedad. Este trabajo es realizado por el Grupo de Salud Animal del INTA Bariloche con el apoyo de diferentes grupos pertenecientes a instituciones nacionales e internacionales abocadas a resolver problemas de la producción pecuaria regional.
Estudio en el NOA
El Área de Investigación en Salud Animal (AISA) del Instituto de Investigación del Chaco Semiárido (Iiacs) del INTA participa activamente en diversas tareas de investigación y extensión; su objetivo fundamental es el estudio de enfermedades de importancia regional en el Noroeste Argentino. “Desde los inicios, trabajamos activamente en la promoción del desarrollo de líneas de investigación orientadas a temas de importancia veterinaria que abarquen distintos aspectos dentro de la Toxicología y de la Patología Veterinaria con énfasis en plantas tóxicas”, señaló Juan Francisco Micheloud, coordinador del Laboratorio de Sanidad Animal del INTA Cerrillos, Salta.
Se enfocan en plantas que provocan intoxicación por Prosopis spp en cabras y bovinos, un tema de gran impacto regional y de relevancia debido a su gran valor como alimento que tienen de los frutos de Prosopis en las regiones precordilleranas. “El objetivo actual es poder identificar la presencia de toxinas en las especies de algarrobos existentes en el NOA y avanzar con la reproducción experimental para establecer la dosis tóxica y dar recomendaciones para su correcto empleo como alimento”, indicó Micheloud.
Además, abordan la intoxicación por Astragalus garbancillo var. garbancillo en llamas. “Recientemente se logró confirmar la patogenocidad de A. garbancillo en llamas, sin embargo, la información sobre esta intoxicación en camélidos es escasa, debido a que su metabolismo y comportamiento es muy diferente al resto de las especies domésticas”, advirtió Micheloud quien agregó: “El objetivo de nuestro trabajo es caracterizar cambios clínicos y patológicos que ocurren en llamas intoxicadas experimentalmente con Astragalus garbancillo var. garbancillo con distintas dosis de la planta”.
FUENTE:
INTA Informa