Desde hace varios meses productores y empresarios vienen advirtiendo un importante incremento de las importaciones de carne porcina y, al contrario, un descenso de las exportaciones, hasta que en febrero cayeron a cero “en febrero directamente no hubo, según la Aduana” (en enero se habían exportado solamente 215 toneladas de vísceras).
En tanto, los precios en el mercado interno argentino están estancados desde hace varios meses en medio de un ciclo inflacionario.
“Acá hubo un cambio el año pasado cuando las importaciones empezaron a subir de forma catastrófica y las exportaciones cayeron de manera calamitosa, a tal punto que en los dos primeros meses del 2022 hubo una importación muy fuerte (de 4.000 toneladas), que está generando una baja de los precios que se pagan al productor”, dijo el analista del sector Juan Uccelli, ex presidente de la Asociación Argentina de Productores de Porcinos.
¿Por qué?
El especialista contextualizó que “una de las razones” que explican el mal momento del sector “es el atraso cambiario: respecto al mundo estamos caros, entonces hay un desfasaje que complica las exportaciones y facilita las importaciones”.
Y en este escenario, vuelve el problema de la superproducción porcina de Brasil: “Mientras en el mundo está disminuyendo la colocación de carne de cerdo, ellos (los brasileños) presentan un excedente de exportación y están inundando todos los países de la región con sus productos, a precios muy bajos”.
Precisamente, al analizar los valores al mostrador, el experto reconoció que las importaciones “en nada benefician al consumidor” porque el precio no bajó, sino todo lo contrario. “En febrero subió un 3% aproximadamente, razón por la cual no es un problema de la producción local”.
El incremento de la carne de cerdo encuentra fundamentos también en la escalada que presenta la carne vacuna. “Históricamente suele corregir o actualizarse cuando los cortes bovinos se mueven”, concluyó Uccelli.
FUENTE:
Noticias AgroPecuarias