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El año comenzó con subas importantes en todos los rubros de la economía argentina, incluida la carne vacuna. En este producto, por un combo de inflación, costos, clima, estacionalidad, contexto internacional, en febrero pasado ya hubo aumentos del 15% en las carnicerías y hubo otro salto del 10% en lo que va del mes, según los carniceros.

Para el presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, Alberto Williams, “ya no entra nadie” a una carnicería. “En diciembre nos bajaban la media res a $520 el kilo y ahora ya estamos en $600, y encima esos valores no permanecen quietos. Nadie quiere perder y se traslada al mostrador. Solo en febrero subió alrededor del 15% y en estos días otro 10%. Pero no solo la carne vacuna subió, días atrás el pollo tuvo también un fuerte incremento”, destacó.

“El problema está en que nadie puede convalidar estos incrementos, un kilo de carne a $1300, que es lo que se paga en las carnicerías de barrio porque los cortes populares no llegan allí. Se tornó imposible de pagarlo”, añadió.

Desde hace tiempo que los distintos eslabones de la cadena de ganados y carnes atraviesan situaciones complejas y que se agudizaron en los últimos meses por una sequía pronunciada en vastas regiones del país, sumado al desastre productivo que dejaron y dejarán los incendios en la provincia de Corrientes, cuarta provincia en importancia ganadera con 4,6 millones de cabezas.

Según referentes del sector, en 2022 la caída del stocks vacuno será estrepitosa con 500.000 terneros menos, lo que significará menos carne en las góndolas.

“La pérdida de terneros será importante. Es difícil cuantificar todavía pero vamos a tener 500.000 terneros menos que el año anterior, sumado al aumento internacional de los commodities que hará que el engorde a corral siga siendo un mal negocio, solo para echar esos últimos 50 kilos, para no perder plata”, dijo Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra).

Para el titular de Ciccra, los precios se van a mantener sostenidos en el Mercado de Liniers y en las carnicerías, pero lo que va a haber es “una caída del consumo interno a valores nunca vistos”. Ya en su informe del mes anterior, la entidad que preside había señalado que en enero pasado el consumo interno de carne vacuna había retrocedido un 3,5% versus igual mes de 2021. Se ubicó en 47,4 kilos por habitante.

“El poder adquisitivo continuará cayendo de manera significativa y esto es lo que va a generar una caída en el consumo nunca vista. La única política de este Gobierno es diluir el gasto del Estado, aumentando la inflación”, afirmó.

Los engordadores a corral, segundo eslabón de la cadena tras el productor, tampoco están de parabienes. Desde mayo del 2021, por el cierre de las exportaciones, tuvieron una baja pronunciada en su rentabilidad que los llevó a malvender hasta un 14% menos las categorías de novillos y consumo especial, hasta pasada la primavera.

“Lo que en mayo se vendía a $215, en septiembre se vendió a $180. Luego vino la recuperación en noviembre, que no fue otra que la de esta pérdida que se afirmó en diciembre con valores que rondaban en $240/250 para la hacienda especial”, explicó el presidente de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), Juan Eiras.

Señaló que a la hacienda terminada el año pasado le costó copiar la inflación, “con cinco meses de asumir pérdidas enormes por una baja de la hacienda en pie” que los dejó fuera de juego.

“Hasta que llegó el ajuste por oferta. Si bien en enero se generó un nuevo bache en el consumo del AMBA (Área Metropolitana), por la migración vacacional (un 10% abajo en el arranque del año), se empezó a recuperar a principios de febrero con suba sostenida por la inflación y el bajo nivel de encierre de todas las categorías”, expresó.

Según Eiras, a pesar del crecimiento sostenido del precio de la hacienda gorda en todo febrero y en los primeros días de marzo, “los costos de la alimentación a causa de valores firmes de los granos en el mundo, sumado al conflicto ruso-ucraniano que viene para largo, presenta un escenario crítico para los feedlots, que además tienen dificultades para la reposición de terneros en los corrales”.

“En un año el maíz tuvo un 120% de suba. Por la coyuntura interna, hace ya tiempo que los terneros se han convertido en un reservorio de valor, que cada vez se incrementa más. El buen precio del gordo pasa a ser escaso y nos pone en una situación crítica para poder seguir con el negocio, que se suma a dos problemas combinados: precios internacionales de granos en aumento y una macroeconomía inflacionaria que destroza la moneda local”, detalló. En este contexto, destacó que habrá escasez de hacienda gorda y que se mantendrá la firmeza y el crecimiento paulatino y constante de los valores. “No queda resto en el sector para seguir engordando animales a pérdida. Hemos perdido el 20% de nuestro capital de trabajo en el último año y medio y nadie va continuar fundiéndose. Por eso, los procesos se ralentizan, con ciclos más largos. Esta es la realidad”, agregó.

En cuanto a lo que llegue al consumidor, dijo que no va a ser un año de abundancia en el mostrador. “En las carnicerías, no es solo el costo de la media res. Es un camino inverso, en la medida que el carnicero de barrio venda menos, va a vender más caro, aunque la media res no tenga un aumento importante. Por otros costos que tiene, deberá aumentar sus márgenes por kilo, con lo cual no es virtuoso el círculo de las carnicerías, donde el valor unitario por corte será alto indefectiblemente”, afirmó.

Para el consignatario Andrés Mendizábal (h), desde diciembre se vislumbraba que iba a llegar una actualización de los valores de la hacienda que de enero a esta parte en el Mercado de Liniers ya alcanzó un incremento de entre el 10 y 12%. “Los precios venían muy retenidos y no estaban acompañando el ritmo de la inflación y de la economía del país. Despacio comenzó en enero y terminó de acentuarse en febrero, que son los valores actuales y que están sostenidos para la plaza ganadera”, detalló.

Por último, indicó que se está entrando en un bache estacional, donde generalmente hasta finde de abril hay escasez de hacienda buena terminada. “Por lo que es esperable que los valores de la hacienda se mantengan sostenidos. En el mostrador hay otro punto a tener en cuenta que no solo es el precio de la hacienda, sino todos los servicios que cualquier carnicería pueda tener, como ser tarifas, que impacta al momento de que el carnicero puede ofertar en su mostrador. Se verá si traslada o no ese costo mayor a su mercadería”,

FUENTE:

Diario La Nación
Marzo de 2022